Llevo un par de meses yendo a las clases grupales con Iñigo. Para mí es una hora a la semana en la que además de estirar todo mi cuerpo (me gusta correr y mi musculatura está bastante acortada) estoy plenamente relajada y disfrutando, del estiramiento e incluso de respirar liberando las tensiones acumuladas. No me suele gustar demasiado estirar pero en las clases lo haces casi sin darte cuenta, muy suavemente, tumbado, descansando y relajandote! Lo recomiendo a mis pacientes y a cualquier persona, tenga o no dolor. Es todo un regalo para nuestro castigado y muchas veces poco cuidado cuerpo.